Antanas Mockus muestra su culo a unos quinientos estudiantes en el auditorio
León de Greiff de la Ciudad Universitaria el 28 de Octubre de 1993.

 

 

salvar la universidad nacional

 

Quienes creen que la Universidad Nacional de Colombia es uno de los primeros centros de investigación y enseñanza del país, están equivocados. Esa Universidad que en los años cincuenta y luego, incluso, a través de los setenta y primeros ochenta, seguía luchando por ser uno de los pocos centros de investigación aplicada y social, y casi el único lugar donde sin autonomía universitaria se garantizaba la libertad de expresión y de cátedra,  ha desaparecido. Lo que ahora tenemos son meros enunciados o caricaturas del ayer. La ley reconoce la Libertad de Cátedra, la Autonomía Universitaria, etc., etc., pero en el ejercicio cotidiano esas y otras conquistas de los académicos del mundo, en la Universidad Nacional han desaparecido a manos de un creciente autoritarismo y la verticalidad en las decisiones.

 

Lo que existe desde la lamentable rectoría del hoy alcalde de Bogotá, cuando se sacó el pipí ante unos estudiantes de Manizales, le mostró el culo a todo el mundo, o asistía a consejos académicos en calzoncillos y bicicleta sin que hubiese abandonado sus humeantes pasiones, es una suerte de instituto descentralizado en manos de una de las más feroces camarillas politiqueras que haya existido jamás en universidad alguna.

 

Mockus lo primero que hizo al llegar a la rectoría de la universidad fue abolir los llamados privilegios de puntaje salarial por antigüedad con incremento automático anual, por algo mejor y más lindo. Entregó esos puntos que suben los salarios de los profesores, a los jefes de departamento, para que ellos los distribuyesen entre "los mejores" a su leal saber y entender. Lo que nadie quiso recordar, es que los Jefes de los Departamentos los nombra, el Rector, es decir, son sus agentes directos. Así, los "mejores" resultaron ser los mejores amigos del rector.

 

 

Esa fue una de sus primeras medidas politiqueras, que a la postre lo llevaron a la Alcaldía de Bogotá, junto con un enorme puñado de otros profesores que hoy, prácticamente, manejan el destino de la Capital en colaboración con sus otros socios políticos que, desde las vicerrectorías, jefaturas, comisiones y comités, se preparan ahora para llegar, eso dicen ellos, a la Presidencia de la República.

 

Otra de sus contribuciones a la corrupción de la Universidad Nacional fue la reestructuración del  Comité de Asignación de Puntaje por Producción Académica. Se trata de uno de los instrumentos más perversos para prevaricar incrementando los salarios de amigos y conmilitones con el cuento de que sus productos intelectuales y sus actividades académicas son mejores que las que otros realizan en iguales condiciones y con idénticos resultados. Mockus y Páramo, hijos gemelos de esa fuente de la corrupción universitaria que es la Facultad de Ciencias Humanas, han perfeccionado de tal manera esta medusa de la repartija de dinero entre amigos, que muchos de los profesores que no comulgan con esas ruedas de molino han decidido no volver a presentar sus trabajos, pues saben que serán objeto de ridiculización, de sus méritos.

 

Pero el gran instrumento corruptor en el control de las decisiones de la Universidad Nacional es un embeleco llamado El sobresueldo por desempeño de cargos administrativos. Esa es la gran panacea para llevar hasta los puestos de dirección, donde ahora, desde Mockus y Páramo, prácticamente se desarrolla una carrera paralela a la de profesor, abandonando para siempre la cátedra y la investigación y convertirse en burócrata[1]. Consiste este sobresueldo en un incremento salarial efectivo anual del orden del 22% mientras se esté gozando de un cargo administrativo. Las reformas estatutarias introducidas recientemente, permiten, incluso obtener mayores puntajes de incremento salarial, en muchos casos, que por producción académica.

 

Guillermo Páramo Rocha el peor rector que ha tenido la Universidad Nacional en su historia

 

 

Quien estudie en detalle la reglamentación sobre este particular llegará a descubrir como se ha creado un mandarinato que se auto califica, auto elige y auto incrementa salarios y beneficios, con el agravante de que estos elegidos son habitualmente los profesores rechazados, los profesores que no investigan y los aburridos de estar metidos haciendo una cosa que no les gusta: ser docentes, cuando ellos, como dicen bien orondo un implicado, "nosotros nacimos para mandar, no para que nos manden".

 

Si para los subalternos hay estos premios, para los grandes jefes, existen otros mejores pasteles. Tras cada grupillo de obedientes existe, por supuesto, el Gran Barón Electoral, el Gran Jefe, el Líder. En la Universidad Nacional habitualmente ese gran líder es un profesor que trabaja en un organismo internacional, o con el gobierno, con la alcaldía, o que está en comisión alguna en alguna parte o en varias al mismo tiempo y que hace años no trabaja de continuo en la Universidad. Los Grandes Jefes controlan desde sus altísimos cargos unas cosas llamadas Becas, otras cosas llamadas Comisiones Remuneradas, y otras cosas llamadas Comisiones de Estudios con Beca en la Universidad donde se va a estudiar.

 

Los mecanismos para el ejercicio de ese liderazgo son más o menos éstos. El aspirante a gran jefe se hace nombrar (a partir de ahora todo tiene sobresueldo) con el apoyo de otro jefesote. Primero, Jefe de Departamento y así entra a formar parte de una élite llamada el Comité de Personal Docente y otra llamada el Comité de Directores, donde se decide si los candidatos a seguidores de la camarilla son merecedores del primero de los grandes premios: el apoyo del llamado Cindec para su investigación. Luego el Jefe de Departamento aspira a Decano, luego a Vicerrector y luego a una Comisión de Estudios en el Exterior, de uno a cuatro años, mínimo, de acuerdo a su comportamiento. Al re­gresar de esos estudios, que pueden o no conducir a algún título, (la legislación actual de la universidad es bastante laxa en ello y permite incluso que los profesores sigan viviendo en Bogotá pero estudien en París) el aspirante a Rector se resigna con un puesto en la burocracia, director de algo, jefe de algo, pero fuera de la Universidad, eso sí, vinculándose desde ese algo a institutos como Colciencias o Colcultura o Icetex o Icfes, desde donde seguirá ejerciendo su sana influencia en la repartición de beneficios y prebendas para sus conmilitones.

 

Es una lástima que por asunto de espacio no pueda seguir haciendo un retrato al carbón de este horripilante ser en que se ha convertido la Universidad Nacional de Colombia. Un lugar donde ahora, gracias al creciente autoritarismo y desprecio de la democracia, Guillermo Páramo[2], el peor rector de la historia, se dispone a nombrar como cualquier Papa muerto su sucesor, mediante el mecanismo de elegir de antemano a los decanos y los jefes de departamento.

 

Ante tal atropello es inminente que la sociedad se perturbe y tome cartas en el asunto. Si bien la Universidad Pública debe servir para preparar los mejores hombres y mujeres que en el presente y el futuro sirvan al Estado y la Sociedad, no puede convertirse en un lugar donde una camarilla politiquera usa de sus recursos, bienes y empleados para llevar a la presidencia a uno de los Barones Electorales, hoy en Comisión de Servicios.

 

La Prensa, Bogotá, Domingo 14 de abril de 1996.

 

 

[1] Guillermo Páramo Rocha, que nunca fue Profesor Titular y apenas fue ascendido por sus propios electores a Profesor Asociado en el momento que era nombrado rector de la Universidad Nacional, ocupó todos los peldaños de la burocracia remunerada, la que mas salario rinde, en su carrera: monitor de sociología [1968-1969], asesor de proyectos [1970-1971], sociólogo en planeación distrital [1971-1972], docente de dedicación exclusiva [1972-2003], coordinador de departamento [1975], director de departamento [1976-1978], vicedecano [1978-1980], decano [1982-1984], director del poderoso Comité de Investigaciones y Desarrollo Científico [1985-1987], vicerrector [1991-1992], rector [1993-1997]. Pero el gran secreto de sus nombramientos reside en los poderes que ha ejercido desde los comités, consejos, juntas directivas y comisiones a las que pertenece o ha pertenecido para otorgar favores a sus conmilitones y electores: Asesor en el proyecto “Educación compromiso de todos”, Casa Editorial El Tiempo, Fundación Corona, Fundación Restrepo Barco, [2001 hasta la fecha], Comisión Asesora del Consejo Nacional de Educación Superior, CESU [1998-1999, Comisión de Amistad y Vecindad Colombo-Jamaiquina [1995], Comisión de Concertación para la aplicación del Decreto 1444 de 1992, concerniente a la remuneración de los docentes de universidades públicas [1995], Comisión de Concertación para la Reforma de la Ley de Educación Superior [1991-1992], Comisión de Estudio para la Reforma de los Partidos Políticos [1995],  Comisión de Homologación de Requisitos del Servicio Civil [1994-1997], Comisión de Vecindad Colombo-Panameña [1994-1996], Comisión Mixta Colombo-Cubana [1994], Comisión para la Reforma de la Educación Superior [1996], Comisión para la Reforma de la Ley de la Universidad Nacional [1992-1993], Comité de Investigaciones y Desarrollo Científico  [1978-1979], Comité Editorial del FEN, Revista de Antropología, Colombia Amazónica, Revista de la Corporación Araracuara; Nómadas; Maguaré; Revista Colombiana de Sociología  y Revista de la Universidad Nacional de Colombia, Consejo Directivo de la Facultad de Ciencias Humanas [1976-1978, 1989-1990],  Consejo Nacional de Acreditación  [200-2003], Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología,  [1993-1997], Consejo Nacional de Educación Superior, CESU  [1993-1997], Consejo Superior de Vivienda y  Desarrollo Urbano [1995-1997], Consejo Superior Universitario  [1983-1984], Grupo para las “Bases para una política de la Educación Superior” ICFES [2000-2001], Junta Directiva Editorial de la Universidad Nacional [1983-1984, 1991-1992], Junta Directiva Instituto Colombiano para el Fomento de la Educación Superior, ICFES [1991-1992], Junta Directiva Instituto para el Desarrollo de la Democracia [1993-1996], Junta Directiva y  Comité de Auditoría del Centro Interamericano de Agricultura Tropical, CIAT [1994-1997], Jurado "Premio al Mérito Profesional”[1998],  “Becas Nacionales de Cultura”  [1999], “Premio a la Vida y Obra de un Científico Colombiano”  [1996, 1999 y 2002], “Premio a la Vida y Obra de un Científico Colombiano” [1997],  “Premio Bianual a Investigadores de Colcorrupta” [1994], “Premio en Ciencias Sociales” [2000,  2001, 2002, 2003, 2004],“Premio en el Área de Ciencias Sociales” [2000],  “Premio Nacional de Antropología” [1996],   “Premio Nacional de Ciencia” [1998, 2003], Premio "Vida y  Obra de un Exalumno de las Universidades de la Gran Bretaña" [1997], Miembro Fundador de “Música en los Templos” y de “Asociación de Amigos del Teatro de Colón”, Misión para la Modernización de la Universidad  Pública  [1994], Presidente de la Asociación Colombiana de Universidades, ASCUN [1994-1996], Presidente de la Junta Directiva de la Empresa Editorial de la Universidad Nacional [1993-97].

 

[2] Los peores rectores que ha tenido en su historia la Universidad Nacional son: Marco Antonio Palacios 1984-1988/2003-2005; Ricardo Mosquera 1988-1990; Antanas Mockus 1990-1993; Guillermo Páramo 1994-1997 y Víctor Manuel Moncayo 1997-2003, durante los gobiernos de Belisario Betancur, Virgilio Barco, César Gaviria, Ernesto Samper y Andrés Pastrana, la república del narcoterrorismo.

 

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